jueves, 18 de enero de 2018

Cap 13: Las Casas de curación



-¡¡Titón...Titón!!

Una dulce voz llamaba al viejo Flaimer, parecía lejana pero cada vez se escuchaba con más claridad.
- Está muy débil pero los remedios herbales ya deberían haberle hecho efecto -dijo casi susurrando para sí misma-. 

Titón se esforzaba por abrir los ojos. Sus parpados le pesaban y se resistían a abandonar el placentero descanso, aunque con frecuencia, unas tenebrosas pesadillas le invadían haciéndole  estremecerse en su lecho. 

- ¡Vaya! parece que comienza a despertarse.

El anciano por fin terminó de desperezarse y su visión, borrosa al principio, comenzó a hacerse más nítida. Sus ojos tropezaron con el joven rostro de su cuidadora. Enseguida  la reconoció, era Rafi la sanadora del Bastión. El viejo mago sintió una oleada de esperanza ante la dulce visión del rostro de Rafi,  bello y reconfortante. La joven sanadora vestía con una túnica inmaculadamente blanca con bordados florales de color verde  que transmitía sensación de tranquilidad y esperanza. Era el clásico atuendo de los curanderos. Rafi era morena, sus ojos grandes y vivos miraban a Titón con la ternura y preocupación propia de los sanadores. Llevaba el pelo suelto en una melena larga que acariciaba su cadera y con sus manos pequeñas, abofeteaba suavemente la cara del anciano para que despertara.
- ¡¡Chiquilla!!- exclamó Titón, con una mezcla entre reproche y broma, despertando finalmente- si sigues dándome bofetones seguramente vuelva a caer inconsciente. 

- ¡¡Vaya!! ¿Esas tenemos? -exclamó Rafi fingiendo enfado- una desviviéndose por sacarte de las garras de la muerte y venimos con remilgos. 

                El aspecto de Rafi siempre engañaba pues aunque su carácter afable y su aspecto inocente hicieran pensar otra cosa, lo cierto es que su genio era temible, no era sensato hacerla enfadar.

- Dime Titón ¿Cómo te encuentras? -solicitó Rafi con preocupación mientras posaba la mano sobre la frente del mago-. 

- Estoy muy cansando... pero… ¿qué ha pasado? - preguntó Titón mientras movía la cabeza y miraba a los lados para reconocer el lugar visiblemente consternado. 

Se dio cuenta de que se hallaba en una habitación mediana y pulcramente adornada con madera de roble pero alrededor de la cama había unas cortinas de seda blanca que impedían vislumbrar más detalles. Se percató de que era de día pues la luz entraba abundante por la ventana  y también de que había otras personas en la habitación además de Rafi pero el dosel de la cama impedía ver con claridad más allá. Sin duda estaba en las Casas de curación, lugar del Bastión destinado a estudiar la magia sanadora y  reposaban los enfermos durante su recuperación.
 
La joven comenzó a explicar.
- No quiero cansarte más de lo que estás pero resumiendo mucho la historia, cogiste la Rosa dorada y te fuiste a por Górmul sin contar con nadie. Desde aquel entonces han pasado dos días hasta que te encontraron en medio del campo de batalla, rodeado de huesos calcinados,  malherido y al borde de la muerte. 

El viejo Flaimer contrajo su rostro en un gesto de preocupación. Ahora los recuerdos volvían poco a poco a su cabeza, describiendo una batalla imposible entre vivos y muertos en la frontera del bosque Sombrío. Aquellas pesadillas no se alejaban mucho de la realidad que había vivido antes de quedar inconsciente. 

-¿Cómo he llegado hasta aquí? Recuerdo que yo estaba...
Titón no terminó la frase cuando una de las figuras que se movían por la habitación se acercó cojeando a la cama y corrió el dosel que cubría el lecho. 
- Creo que a esa pregunta te podría contestar yo -dijo el recién llegado-.
-¡¡¡Finred!!! -exclamó Titón- ¡¡Estás vivo!!
- Bueno, por los pelos -dijo Finred mientras se miraba la herida, ahora debidamente vendada, causada por una flecha enemiga-.  Cuando terminé de poner a salvo a los elfos más rezagados me acordé de tus palabras. Me prometiste que nos encontraríamos en el bosque pero no fue así. Pregunté a los refugiados pero nadie te había visto así que cogí un pequeño destacamento de guerreros y regresamos al lugar donde nos habíamos separado. Al llegar nos encontramos el terreno totalmente devastado y un gran ejercito de No-muertos que se retiraba. Buscamos entre los cadáveres y me asusté mucho cuando te encontré tirado en el barro, pero me di cuenta de que respirabas débilmente, te recogimos y te trajimos lo más rápido posible de regreso al Bastión. 
 
Titón quedó pensativo y preguntó:
- Entonces ¿sabéis lo que sucedió con Górmul?
- Esperábamos que nos pudieras contar más acerca de lo acontecido en tu combate contra Górmul, pero Finred nos ha hecho un buen resumen de lo sucedido. Además, no paran de llegar mensajes al Bastión pidiendo auxilio. La situación en tierra firme es desesperada –explicó Rafi muy acertadamente-.

Titón se llevó las manos a la cabeza y se frotó las sienes tratando de pensar. El anciano se destapó e intentó incorporase pero al levantarse  se mareó un poco y tuvo que acostarse de nuevo.
- No tan rápido Titón- dijo Rafi con ternura- tienes que descansar y alimentarte. Llevas casi tres días inconsciente.
Titón protestó:
- Necesito convocar una asamblea, Dambil está en serio peligro. El consejo de los 18 debe reunirse para...
El anciano no había terminado la frase cuando otra persona irrumpió en la habitación portando una bandeja y dijo con voz solemne:
- No te preocupes Titón, el Consejo se reunirá pero antes debes reunir fuerzas para contarnos todo lo que sabes. 

Diciendo esto el joven muchacho dejó la bandeja en una mesita cercana a la cama.
El joven era Juan de los Wouters. Siempre había sido uno de los miembros más queridos  del Consejo de los 18 pues era simpático y gastaba bromas continuamente. A veces le costaba mantener la boca cerrada y en ocasiones se había llevado más de una reprimenda por ello.   Era inmensamente grande y de complexión robusta,  pues estaba acostumbrado a la caza y era muy diestro con el martillo de guerra que solía llevar colgado a la espalda. Su rostro era amable y  sus cabellos eran cortos y negros como el hollín. Vestía un jubón de cuero ceñido, era la vestimenta común para salir de caza, y en su cintura llevaba una pequeña bandolera llena de toda clase de utensilios de campo con una espada ligera en el costado izquierdo. Le gustaba tanto comer que tenía cierta facilidad para la cocina. La hora de comer era sagrada y siempre se entregaba con toda su alma en la preparación de cualquier manjar para terminar con el hambre que rugía en su estómago. 
Titón saludó a Juan y este le contestó con una pequeña reverencia.
- Titón, vengo de las cocinas. Rafi me dijo hace unas horas que estabas mejorando  y fui a cazar algo. Necesitas recuperarte dijo señalando la bandeja-. Bajé hace un rato a tierra firme y conseguí atrapar un conejo de las cuevas. Su carne es tierna y lo he preparado yo mismo con una vieja receta familiar.
- Muchas gracias, tiene una pinta estupenda- dijo el mago mientras notaba que el olor del guiso le hacía salivar recordándole que su estómago llevaba vacío varios días y que necesitaba comida con urgencia, no obstante apartó unos segundos el deseo de comer y preguntó al muchacho-  Cuéntame, Juan ¿qué sucede por ahí abajo?
Juan se sentó al borde de la cama con aire preocupado, era muy raro verlo en ese estado pues estaba casi siempre risueño. Su respuesta no parecía ser muy esperanzadora.
- Las noticias son inquietantes, las gentes hablan de muertos que se levantan para atacar aldeas y ciudades. Pero al parecer los No-muertos dejaron de atacar y, como si alguien los hubiera llamado, comenzaron a marchar hacia el norte, a las tierras heladas que antaño fueron Siempreinvierno. Ahora la gente no sabe qué hacer, tienen miedo pues las legiones de muertos son inmensas y arrasan todo a su paso. Los rumores dicen que el Innombrable despertará de entre los muertos para cobrarse venganza. 

Todos permanecieron callados, las palabras de Juan los había sumido en un estado de reflexión. Titón rompió el incómodo silencio y dijo:
- El Consejo de los 18 debe reunirse de inmediato.
Sin decir nada más trinchó un muslo del sabroso conejo y se dispuso a dar buena cuenta del guiso, sin dejar de rumiar las últimas palabras de Juan:
"El Innombrable volverá de entre los muertos para cobrase venganza".

6 comentarios:

  1. Me a encantado espero que todo vuelva a la normalidad
    Luis

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  2. Nena que chuleta mi maestro

    Elisea

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  3. Maestro me ha en cantado

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  4. Olee ese maestro esta chulisima la historia

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  5. Olee ese maestro esta chulisima la historia

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