El sol era abrasador el desierto
estaba al sur de Dámbil. Había un virus que los volvía a todos como locos.
Como si fueran no-muertos. Pero había un
guerrero llamado Gurgatu un guerrero del clan de tierra, el joven era sabio,
amable, tenía el pelo negro y tenía los ojos verdes. Se entrenaba día y noche porque se estaba
preparando para la guerra. Pero esa guerra era imposible de. Gurgatu no se
rendiría fácilmente estaba dispuesto a luchar con los no-muertos para
sobrevivir pero Gurgatu no sabía que había un
jefe llamado Finred, un guerrero de hace miles de años pero un día a Finred lo
mataron pero resucitó como un no-muerto. Gurgatu cada día entrenaba duro y por
eso superó su poder, se hizo más hasta que un día se encontró con Finred.
Finred le ordeno a los no-muertos
que se apartaran que sería una pelea justa entre él y Gorgatu.
Gurgatu temblaba por dentro porque
nunca había visto una criatura así. Le sudaba la frente y Finred le atacó con
su espada de tiniebla oscura y le partió el escudo. Gurgatu no sabía el poder
que tenía, un poder incluso más potente que Finred. Gurgatu lo utilizó sin
darse cuenta, era el poder del tiempo. Finred ya no era rival. Gorgatu le pegó un golpe seco a Finred en la cabeza y
lo envió a su misma tumba con su técnica del tiempo.
Escrita por Joaquín Muñoz Sánchez
El poder del tiempo. El poder oculto que cada uno tenemos dentro y que poco aprovechamos.
ResponderEliminarEl "dire"