Érase una vez una familia que vivían al lado de el Lago de los Sueños,
tenían dos niñas una se llamaba
Yamalari que tenía 16 años era rubia y sus ojos eran como rosas. La más
pequeña se llamaba María, tenía 9 años era muy pálida y tenía el pelo negro y los ojos oscuros. Los
padres se llamaban Marta y David. Un día Yamalari fue a casa de su amiga Lucía de
15 años y era muy rubia con ojos verdes. Las dos niñas estaban paseando cuando un hombre las secuestró.
Los padres estaban asustados porque pasaban las horas y Yamalari no
aparecía, los padres de Lucia fueron a casa de los padres de Yamalari para decirle
que un hombre los llamó y les dijeron que tenían secuestradas a sus hijas y que no se las iban a dar. La madre de
Yamalari, ya desesperada llamó a la policía. La policía estaba buscando a ese
hombre porque secuestraba a las niñas.
Tres días después Resdor, el novio de Yamalari fue a buscarla a su casa
y la madre de Yamalari, con lágrimas en sus ojos, le dijo:
-
No está, la secuestraron
-
¿Quién
las ha secuestrado? -le preguntó Resdor asustado.-
-
Un hombre -dijo la
madre desesperada.-
-
Pero hay que buscarlas - le contestó Resdor
furioso y no se lo pensó ni un segundo y fue a buscarla-.
Primero fue donde su abuela
para que le prestara una espada y una armadura de diamante. Resdor le regaló
una pulsera a Yamalari donde tenía un chip que le decía donde estaba. Resdor
llamó a su amigo Posgru y fueron los dos a rescatarlas. Primero fueron por un
camino donde había unos árboles muy grandes y sin ramas, en lo alto de una
colina estaba la cabaña donde tenían a Yamalari y a Lucía. Entraron y vieron a
Yamalari atada con unas cuerdas. Mientras Resdor soltaba a Yamalari, Posgru buscaba
a Lucía que estaba en el sótano. Posgru entró al sótano donde estaba ella y la
vio llorando y con sangre en la cabeza porque el hombre le había pegado,
entonces Posgru la ayudó y la soltó.
Cuando Lucía vio a Posgru se enamoró y él de ella, se miraron a los ojos y fue cuando vino Resdor y le dijo alterado
-¡Vayámonos,
va a venir el hombre!
Escrita por Enri Fernández Moreno
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