miércoles, 2 de mayo de 2018

El diamante rosado


Había una vez una chica muy bella. Tenía los ojos verdes agua, era lista, guapa, inteligente y hermosa. Se llamaba Nayma.

Un día estaba caminando por el bosque y se encontró con una piedra. Esa piedra era muy bonita y parecía que tenía fuego dentro, no sabía qué era y como era muy bonita se la llevó para su casa. Siguió  caminando, y se encontró con dos hombres. Se escondió detrás de un árbol. Los dos hombres estaban muy nerviosos, no paraban de decir cosas horribles, gritaban y gritaban:
- ¿Por qué Dios mío se tuvo que perder el diamante rosado? ¿Por qué?

 Pasaban las horas y los hombres seguían buscando hasta que se cansaron de buscar y se fueron. Nayma no sabía que era esa piedra pero parecía que era valiosa por lo que decidió ir a su gran amiga Elísea. Ella  era una amiga excelente y hermosa, lo sabía todo  porque su novio era mago y se enteraba de todas las cosas que pasaban en Dámbil.
Fue a casa de Elísea  y le preguntó. Elísea le dijo que era muy valiosa para Górmul y le dijo que estaba en problemas.
- No amiga, por favor ayúdame.
- Si amiga yo te ayudaré.  Llamaremos a mi cuñado y a mi novio a ver que podemos hacer.
Fueron a buscarlos y les preguntaron. Ellos le contestaron que fueran a una pitonisa para averiguar si el ejército de Górmul iba a perseguirlos y si os persigue iremos a por la piedra para que sus almas no puedan rondar nunca más por aquí y deje de perseguirnos. Al día siguiente fueron a la pitonisa y le dijo que  Górmul estaba cerca pero que no podía asegurar si venía o no y que sentía no ser de más ayuda.
- No pasa nada con esa información me vale ¿Cuánto te debo?- preguntó Yumara.
- Nada te lo dejo gratis.
- Munchas gracias.

 Pasaban los días y la piedra relucía más cada día. Los hombres fueron a por la piedra que guardaba las almas. Ya era el día, Górmul se acercaba. Cuando estaba frente a frente,  hablaron y Górmul le dijo que le diera la piedra. Nayma le dijo que no,  sacó la piedra y todas las almas se metieron dentro de ella. Por fin ya se fueron los problemas en Dámbil.

Escrita por Yumara Moreno Puertas

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