domingo, 6 de mayo de 2018

El Zafiro de poder


Érase una vez un mundo llamado Dámbil. En ese mundo había un continente llamado Fire Heights (Alturas de Fuego) en las profundidades de ese continente había una cueva en la que solo unos pocos habían entrado. En ese lugar se ubicaba un corazón de cristal, un zafiro protegido con unos adornos de metal. El zafiro es de color rojo con manchas moradas, es el cristal más hermoso encontrado jamás. Algunos creían en él y otros solo decían que era una historia inventada.

En las alturas de fuego había diversas criaturas. Había criaturas de fuego, agua, aire y tierra. Los de agua siempre estaban empapados, los de fuego siempre en llamas, los de aire volando y los de tierra hablando con las piedras, árboles etc. Pero no todo iba a ser perfecto, un malvado ser se dirigía a las Alturas de Fuego con sed de sangre y destrucción. El se llamaba Gorhogmul y cuando se disfrazaba de humano se hacía pasar por Jailibou. Gorhogmul venía desde unas tierras muy lejanas de Fire Heights venía desde The lands of darkness (Las tierras de la oscuridad.) El malvado ser había derrotado muchos dioses y había dominado muchas tierras, toda la gente le deseaba la muerte por matar cruelmente a sus seres queridos. Pero había una persona especial, se llamaba Sam, él era un niño amable con un corazón puro hasta que vino Gorhogmul a sus tierras. El niño se escondió en su casa ya que no tenía ni padre ni madre, era huérfano pero desde que mataron a sus padres esa furia se quedó en su interior y nació un poder dentro del niño.

Un hombre misterioso con una capucha negra al que no se le veía la cara, siempre veía a Sam entrenar con un muñeco de madera que tenía detrás de su casa. Entrenaba bien y al hombre misterioso le gustaba. Un día se acercó a él y le dijo:
- ¿Tu eres Sam? -preguntó con gusto.
- Si ¿por qué lo preguntas? -el pequeño le respondió.
- He visto como entrenabas y me gusta como pegas esos puñetazos, pareces muy fuerte y tienes mucho poder en tu interior ¿sabes hacer técnicas? -preguntó el encapuchado.
- Sí, he aprendido a lanzar ataques de fuego a distancia como los antiguos magos que vivían en estas tierras
- Oye Sam, quiero que seas el guardián del zafiro del poder.
- Sí, encantado señor.
- Bien te llevaré a la sala subterránea donde se encuentra.

Cuando Sam llegó vio el zafiro, era tan hermoso y estaba protegido con una urna de cristal que cuando la tocabas saltaba la alarma.
Sam ya estaba protegiendo el cristal, él creía que en su primer día no pasaría nada, pero de repente se escucharon muchos golpes en la pared y el niño tenía miedo de que se lo llevaran. Sin el zafiro, la Tierra no estaba segura, el zafiro era lo que ponía el mundo correctamente para que no se desvíe de su alineación.  Los golpes sonaban cada vez mas fuertes hasta que llegaron las criaturas oscuras. Eran solo sombras, como demonios malvados y deseaban la muerte.  Estaban enfrente del muchacho, eran unas 30 o 40 criaturas oscuras  y se tiraron a por Sam pero él se defendió y empezó a pegar puñetazos.  Le alcanzaron 2 puñetazos y Sam cayó inconsciente. Estaba teniendo un sueño, recordaba a sus padres cuando le abrazaban le daban cariño y se despertó con una furia exageradamente descontrolada, derrotó a 10 de un solo golpe. Esos golpes eran como los de los dioses Sam pegó un grito y dio una palmada muy muy muy fuerte,  hizo una onda expansiva y los derrotó a todos el zafiro se encontraba intacto pero vino Jalilibou mas bien conocido por Gorhogmul se enfrentaron los dos.  Gorhogmul pegó unos puñetazos muy fuertes mientras decía:

-Has matado a todo mi ejército ¡¡¡Y no te lo perdonaré!!!
Sam paró el golpe de Gorhogmul, le dijo que era muy fuerte pero tenía que proteger el zafiro no podía caer en malas manos si lo conseguía tendría el poder absoluto. Sam se enfureció y usó su poder máximo se esquivaba todos los golpes y le pegaba con una fuerza como para tirar un gran castillo. Es una locura pero se puso muy enfadado, el corazón se le puso a 1000 por hora y no cesó, finalmente lo derrotó. Estuvo a punto de matarlo pero lo dejo vivo porque quería luchar otra vez con él. Jalilibou se fue y no volvió más pero a Sam no se le iba a olvidar de esa lucha jamás, ese enfrentamiento de dioses era impresionante. Sam le dijo al hombre misterioso que no sabía cuanto tiempo aguantaría con ese trabajo tenía que proteger el zafiro con su vida  y no podía ni enseñárselo a nadie.

Bueno en realidad esto es una historia escrita por Luis en un libro, en realidad yo no soy un niño ya me he hecho mayor y mi historia se ha quedado grabada en mi mente y nunca la olvidaré ahora que todo siga su curso y espero que no os pase esto a vosotros. 

Escrita por Luis Fernández     

1 comentario:

  1. Bueno Luis, hay muchos puñetazos en tu historia, le da un toque de video juego. Lo.mejor de ella es cuando Sam recordaba los abrazos se sus padres,pero el no tenerlos hacia sentir en.él rabia.umm si hubiera sido cristiano tu protagonista seguro q la rabia se había convertido en fuerza pq Dios le habría ayudado.Está muy bien redactada

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