miércoles, 2 de mayo de 2018

La Isla del Terror


Érase una vez la Isla  del Terror.  Había un zafiro de corazón que por dentro se quemaba y había tanto fuego que por dentro se quería explotar, pero no podía. Pero ¿por qué no se podía explotar? Porque si explotaba salía todo el  mundo ardiendo. Pero hay un hombre que estaba buscando ese zafiro, que se llamaba Jokin.  Tenía el pelo castaño, vestía de color negro, era alto, tenía los ojos grandes, los zapatos rotos y  todo el cuerpo pintado de negro.

Un día Jokin descubrió donde estaba el zafiro, y fue a buscar ayuda y encontró a un guerrero llamado Drake, un mago llamado Balastar y  una princesa llamada Listen.
Se juntaron  los cuatro y se fueron donde estaba el zafiro, pero el zafiro cuando llegaron, no estaba. Mandaron a una patrulla pero no hubo resultados. La patrulla encontró un ladrón que saltaba  por las azoteas.  La patrulla vio como salía corriendo y  salió detrás de él,  finalmente lo pillaron. Lo interrogaron:
-     ¿Por qué me quitas el zafiro? - le preguntó el jefe de los guardias.
-     Porque soy pobre y lo cogí para venderlo - dijo el ladrón asustado.
-     Aunque seas pobre ¿por qué lo coges si no es tuyo?
-      Porque quería comprar comida para comer -dijo el ladrón.
-     ¿Tú no sabes lo peligroso que es ese zafiro? Podías haber destruido todo Dámbil -le dijo el guardia muy cabreado.
-     Lo siento,  os ayudaré a llevar ese zafiro - dijo   arrepentido-.
-     Nuestra misión es buscar una caja mágica para meter ese zafiro para que no explote.
-     Quitadme las esposas que conozco  un mago llamado Balastar…
-      Pero si va   con nosotros -dijo el jefe de los guardias.
-     Iremos a la comisaría y le diremos al mago Balastar,  ven con tu espada mágica y una caja mágica para meter este zafiro para que no queme nuestras manos y no nos destruya.

Pero al cabo de un tiempo...
-     Por mucho que nos hayas ayudado estos 2 años tenemos que echarte porque has robado una cosa muy peligrosa -dijo el jefe de los guardias.
-     Ya lo sé, contestó el ladrón, que es una cosa muy peligrosa pero os he ayudado
-     Como sigas hablando te meto 5 años más y ya estarás 10 años en la cárcel -dijo muy cabreado el jefe de los guardias.
-     Vale, dijo el ladrón.

Vamos a ocultar la piedra. La meteremos en una caja fuerte  para que no la roben más, y luego  la vamos  echar en medio del mar. 
Y al cabo de esos 5 años el ladrón salió en libertad y al cabo de 3 años más la patrulla  se enteró que se murió.
Un pescador cazó una ballena y la sacó del mar, vomitó esa caja  fuerte que tiraron en medio del mar con las llaves puestas y el hombre  joven como no sabía de quien  era pues la abrió y vio un zafiro. Era  tan brillante y costaba tanto dinero que  las lágrimas se le saltaron y se fue para su casa. Al día siguiente se fue unos de los guardias  con sus niños y  su mujer a comer. El que se encontró el zafiro estaba allí también. El guardia se dio la vuelta y vio a ese joven con ese zafiro y le dijo a sus niños  y a su mujer “ya vengo”. Fue a la comisaria corriendo con él con el caballo  y avisó: “montaos corriendo”. Se montaron cinco guardias  y fueron con los caballos de policía y entraron corriendo.
Le dijo a los guardias
-¡Miradlo! –señalando al pescador ¡Alto policía dame ese zafiro corriendo que como lo toques te destruirá! 

Lo cogieron corriendo y se fueron y ya no lo perdieron más. Se lo quedó el jefe de los guardias para siempre.     

Escrita por Joaquín Muñoz Sánchez                  

1 comentario:

  1. Pobre hombre!!! El zafiro tenía tela, como tú so petardo!!! Pero tienes estilo,así que me ha gustado tu historia.

    ResponderEliminar